Los germanos, llamados bárbaros por los romanos , estaban organizados en tribus y vivían de la agricultura y la ganadería.
La población germana se estableció en Europa luego de la caída del Imperio Romano de Occidente, pero numerosos estudios concuerdan al señalar el número relativamente bajo de invasores bárbaros, que desde hace mucho tiempo habían abandonado la idea de individuos que hundieran el Imperio Romano, destruyéndolo todo a su paso. En ningún país se estableció un orden político absolutamente nuevo, imponiendo modos de vida totalmente diferentes.
Desde el punto de vista humano esas migraciones bárbaras fueron más bien infiltraciones de grupos étnicos pocos numerosos entre poblaciones ya heterogéneas de por sí.
Al desaparecer el Imperio Romano de Occidente, el oeste europeo se dividió en un conjunto de reinos germánicos autónomos, desapareciendo la idea de un estado único y centralizado, en su lugar surgieron varios pequeños estados que rivalizaron entre sí.
Los nuevos reyes nunca pensaron en destruir la organización de Roma; simplemente sustituyeron la autoridad romana por la suya. Por eso en estos reinos todo lo romano pervivió matizado por las nuevas circunstancias históricas.
Entre los reinos que se organizaron e en el siglo V, los más notables fueron el de los francos, en las Galias, y el de los visigodos en la Península Ibérica. Sin embargo se formaron otros reinos. Lo más importantes de ellos fueron los vándalos, los ostrogodos y los anglosajones.
1.1 EL REINO VÁNDALO DE ÁFRICA
Luego de arrasar las Galias y saquear España durante casi veinte años, los vándalos dirigidos por Genserico decidieron establecerse en el norte de África (428). Desde ahí, saquearon constantemente Italia. Al final, fueron conquistados por el emperador de Oriente en el año 553.
1.2 EL REINO OSTROGODO EN ITALIA
En el año 493, los ostrogodos, dirigidos por el rey Teodorico formaron un poderoso reino en Italia. Este rey fue un admirador de la civilización romana e hizo todo lo posible por facilitar la unión entre los ostrogodos y los vencidos. Por ello su reino fue gobernado en paz.
Varios años después de la muerte de Teodorico, el emperador Justiniano conquistó Italia y puso fin al reino ostrogodo (553). Más tarde los lombardos, otro pueblo germano, conquistaró el norte de Italia y formó un nuevo reino llamado Lombardía.
1.3 LA HEPTARQUÍA
En las Islas Británicas, anglos, sajones y jutos crearon siete reinos. Esto fue llamado heptarquía. En el año 827 el reino juto de Wessex, que era uno de los más poderosos, conquistó a los otros reinos: con ello las Islas Británicas se unificaron.
1.4 EL REINO FRANCO
Los francos eran un pueblo germano que se estableció en las antiguas Galias desde el siglo IV, en los actuales territorios de Bélgica y Francia. Dirigidos a partir del año 481 por Clodoveo, los francos lograron conquistar toda la región.
La conversión de Clodoveo al cristianismo facilitó notablemente la expansión de los francos, ya que los naturales de la región aceptaron con menos desagrado la dominación franca y que la iglesia Católica, la institución más poderosa del momento, diera todo su apoyo a este gobierno.
1.5 EL REINO VISIGODO EN ESPAÑA
Los francos eran un pueblo germano que se estableció en las antiguas Galias desde el siglo IV, en los actuales territorios de Bélgica y Francia. Dirigidos a partir del año 481 por Clodoveo, los francos lograron conquistar toda la región.
La conversión de Clodoveo al cristianismo facilitó notablemente la expansión de los francos, ya que los naturales de la región aceptaron con menos desagrado la dominación franca y que la iglesia Católica, la institución más poderosa del momento, diera todo su apoyo a este gobierno.
1.5 EL REINO VISIGODO EN ESPAÑA
Antes de llegar a España, los visigodos ocupaban la región sur de las Galias, donde fueron expulsados por los francos. La ocupación total de la Península Ibérica fue completada por el rey Leovigildo, cuyo reinado transcurrió entre el 568 y el 586. Recaredo hijo de Leovigildo, logró la unión religiosa de España al convertirse al catolicismos en el III concilio de Toledo (589).
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