lunes, 16 de marzo de 2020

Inicio de la Edad Media: Reinos Bárbaros


Los germanos, llamados bárbaros por los romanos , estaban organizados en tribus y vivían de la agricultura y la ganadería.

La población germana se estableció en Europa luego de la caída del Imperio Romano de Occidente, pero numerosos estudios concuerdan al señalar el número relativamente bajo de invasores bárbaros, que desde hace mucho tiempo habían abandonado la idea de individuos que hundieran el Imperio Romano, destruyéndolo todo a su paso. En ningún país se estableció un orden político absolutamente nuevo, imponiendo modos de vida totalmente diferentes.
Desde el punto de vista humano esas migraciones bárbaras fueron más bien infiltraciones de grupos étnicos pocos numerosos entre poblaciones ya heterogéneas de por sí.



Al desaparecer el Imperio Romano de Occidente, el oeste europeo se dividió en un conjunto de reinos germánicos autónomos, desapareciendo la idea de un estado único y centralizado, en su lugar surgieron varios pequeños estados que rivalizaron entre sí.

Los nuevos reyes nunca pensaron en destruir la organización de Roma; simplemente sustituyeron la autoridad romana por la suya. Por eso en estos reinos todo lo romano pervivió matizado por las nuevas circunstancias históricas.

Entre los reinos que se organizaron e en el siglo V, los más notables fueron el de los francos, en las Galias, y el de los visigodos en la Península Ibérica. Sin embargo se formaron otros reinos. Lo más importantes de ellos fueron los vándalos, los ostrogodos y los anglosajones.

1.1 EL REINO VÁNDALO DE ÁFRICA

Luego de arrasar las Galias y saquear España durante casi veinte años, los vándalos dirigidos por Genserico decidieron establecerse en el norte de África (428). Desde ahí, saquearon constantemente Italia. Al final, fueron conquistados por el emperador de Oriente en el año 553.

1.2 EL REINO OSTROGODO EN ITALIA
En el año 493, los ostrogodos, dirigidos por el rey Teodorico formaron un poderoso reino en Italia. Este rey fue un admirador de la civilización romana e hizo todo lo posible por facilitar la unión entre los ostrogodos y los vencidos. Por ello su reino fue gobernado en paz.
Varios años después de la muerte de Teodorico, el emperador Justiniano conquistó Italia y puso fin al reino ostrogodo (553). Más tarde los lombardos, otro pueblo germano, conquistaró el norte de Italia y formó un nuevo reino llamado Lombardía.

1.3 LA HEPTARQUÍA
En las Islas Británicas, anglos, sajones y jutos crearon siete reinos. Esto fue llamado heptarquía. En el año 827 el reino juto de Wessex, que era uno de los más poderosos, conquistó a los otros reinos: con ello las Islas Británicas se unificaron.

1.4 EL REINO FRANCO
Los francos eran un pueblo germano que se estableció en las antiguas Galias desde el siglo IV, en los actuales territorios de Bélgica y Francia. Dirigidos a partir del año 481 por Clodoveo, los francos lograron conquistar toda la región.
La conversión de Clodoveo al cristianismo facilitó notablemente la expansión de los francos, ya que los naturales de la región aceptaron con menos desagrado la dominación franca y que la iglesia Católica, la institución más poderosa del momento, diera todo su apoyo a este gobierno.

1.5 EL REINO VISIGODO EN ESPAÑA
Antes de llegar a España, los visigodos ocupaban la región sur de las Galias, donde fueron expulsados por los francos. La ocupación total de la Península Ibérica fue completada por el rey Leovigildo, cuyo reinado transcurrió entre el 568 y el 586. Recaredo hijo de Leovigildo, logró la unión religiosa de España al convertirse al catolicismos en el III concilio de Toledo (589).

Condiciones para el cambio: 3. Una primera guerra global

La Guerra de los Siete Años fue un conflicto armado que se llevó a cabo entre 1756 y 1763, con las naciones más poderosas de Europa como protagonistas. Fue un conflicto con orígenes mucho más antiguos que su fecha de inicio, pues sus principales protagonistas (Gran Bretaña y Francia) ya habían tenido fuertes diferencias por más de un siglo.




El conflicto se desarrolló con las formaciones de dos grandes coaliciones que lucharon entre sí. La primera en crearse fue la coalición liderada por Francia, la cual incluyó a Austria, al Sacro Imperio Romano, a Suecia, a España y a varias naciones más pequeñas. La segunda fue la coalición anglo-prusiana, la cual estuvo conformada por Gran Bretaña y Prusia.

El resultado de la guerra favoreció finalmente a los británicos, cuya coalición salió victoriosa y aplastó a los franceses. Esto concluyó el dominio de Francia en Europa, que había estado vigente por varios siglos, y convirtió al Reino Unido en una de las potencias más importantes del mundo.







Condiciones para el cambio: 2. Crisis Económica

Los gastos de las cortes eran exagerados, los nobles representaban un peso fiscal insostenible.


Francia es un país sobrepoblado que pasa por malas cosechas. El hambre asola cada rincón de la nación. Esto genera un estancamiento agrario, es decir, producen menos comida para muchas personas, lo cual generó una inflación histórica.


El rey emprende dos campañas bélicas: la Guerra de los 7 años y apoya al ejército independentista de las colonias americanas. 


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Condiciones para el cambio: 1. El Liberalismo

Al mundo llegaron nuevas ideas, las cuales confrontaron a los conocimientos previos, a las verdades absolutas promulgadas por la iglesia, a las relaciones de sangre, al orden unidireccional de la economía. Estas ideas pretendían iluminar el mundo con la diosa de la razón y reemplazar el dogmatismo religioso medieval que dictaminó el proceder de la humanidad a lo largo de más de mil años.

Desde el siglo XV, Pico della Mirándola ya señalaba al hombre como un ser racional, con capacidad de verificación del mundo, así "[...] que el hombre, familiar de las criaturas superiores y soberano de las inferiores es el vínculo entre ellas", siendo pues el intérprete de las ideas y de la razón. Capaz de sentir, a diferencia de los ángeles; capaz de pensar, a diferencia de los animales.


Ahora, pasamos de un pensamiento religioso, dogmático y totalizante a uno racional, que exige la verificación, el método, la comprobación, el análisis. Un pensamiento que ubica al ser humano en nueva nueva postura frente al mundo que lo rodea, desplazando al dios judeocristiano de su cúpula para ubicarse él y sus problemas. Esto no quiere decir que la deidad saliera de la fórmula, sólo dejó de ser el centro, dejó de ser el argumento, dejó de ser el motor y el impulso, ahora lo eran las necesidades, miedos, motivaciones y necesidades humanas. 


Entre las preguntas más polémicas se encontró la diferencia entre los hombres. No podemos olvidar que en la Edad Media el hombre europeo promedio tenía valor sólo en referencia a su origen y títulos nobiliarios alcanzados, lo cual construyó un mundo jerarquizado, vertical e inmóvil. El pensamiento racional tenía que cambiar dicho orden y sustituirlo por nuevos principios.

Aquí surgen ideas como el derecho a la razón, es decir: tengo derecho a pensar por mí mismo, expresar mis ideas, divulgarlas y no ser asesinado o apresado por ellas, pues son resultado de un proceso de análisis y sustentación. Por otro lado, está el derecho a la igualdad, uno de los más polémicos aún hoy, pues no sólo rompe con todo el sistema de privilegios que poseían las familias nobles, sino que desestructura el sistema productivo y permite la movilidad social. Por demás, aunque no menos importante, la Libertad, el valor que permitirá tomar decisiones sobre el trabajo, sobre la vivienda, sobre la forma en que habitamos el planeta. El pensamiento ilustrado propuso que cada hombre era libre y su trabajo estaba al servicio de sí mismo y no de otros, que podía moverse sin importar contratos o limitaciones establecidas por la nobleza o la iglesia.


La luz de la razón despeja los fantasmas del pasado... Por ahora. 


La Era de las Revoluciones

Cuando nos referimos a la Europa del siglo XVIII, nos enfrentamos de lleno a la Era de las Revoluciones, un período convulso, donde el orden social establecido colapsa para dar lugar a una nueva organización a nivel global.

Aquí cabe hacer hincapié en la relación Europa y cambios a nivel global, pues parece una visión bastante sesgada considerar a Europa el centro del mundo, sin embargo, justo en este período la forma de concebir el mundo de los europeos occidentales se impondrá y demarcará el flujo de la historia en el planeta entero.